Un lugar llamado Ávila
Ya estamos en casa. Y ahora toca volver a la vida y ordenar algunas ideas que se han iniciado en Ávila. Se puede decir que todo empezó muy bien y que acabó mejor aún. Cada conversación con Antonio es algo impagable, y desde luego una ayuda tremenda para ordenar y aclarar las ideas y la actitud de alguien que pretende ser pintor. Si el hecho de compartir horas de trabajo con Antonio ya es una excusa más que suficiente para estar contento, no es menos importante los compañeros que allí encuentras, muchos con una calidad superior a la de un servidor y de los que aprendes muchísimo, tanto en las horas de trabajo como en los momentos de descanso.