Hasta ahora la facultad de bellas artes de Barcelona, no había ofrecido la posibilidad de organizar una ceremonia de graduación para los alumnos que terminaban el grado de bellas artes. Este año ha sido el primero y he tenido la sorpresa que parte de esta generación a solicitado que sea yo quien apadrine su despedida. Sin duda es un honor y a la vez una preocupación hacerlo bien.

Dejo el texto de mi discurso en las siguientes líneas

Buenas tardes,

Lo primero quería agradecer tanto cariño, si estoy aquí hoy, es gracias a vosotras.

Sentir hoy tanto amor me ha hecho pensar en lo triste que me he sentido al leer estos días tantos comentarios negativos sobre nuestra facultad que los del último año dejaban a modo de aviso a los noveles.

Y sí, es cierto. Cuando era estudiante también tuve profesores ausentes, déspotas que tambalearon mis convicciones. Pero también encontré profesores maravillosos, amigos increíbles y experiencias motivadoras. La facultad no es solo un centro educativo, también es un epicentro de enriquecimiento personal.

Y os digo que escogisteis un buen camino. El camino del arte. Yo también lo escogí y me lo ha dado todo.

He conocido gente estupenda, propició conocer a la madre de mi hijo y el arte nos dio un propósito de vida. El arte me ha hecho viajar, me ha hecho leer, me ha mejorado. El arte me ha regalado el conoceros. ¿Qué más se puede pedir?

Y hoy estáis aquí. Cerrando una etapa y abriendo otra. Y es una incógnita, pues no existe la profesión de BBAA.

Pero no temáis, estáis curtidas en la incógnita. Estáis curtidas en ir contra corriente, en decidir por pasión y no por lógica. Y encontraréis, otra vez, vuestro lugar en el mundo.

Solo quiero deciros una última cosa.

El éxito en nuestra profesión no es vivir de ella. El éxito, es que te dejen ejercerla en libertad aunque sea a ratos.

Seguid en el arte, aunque sea a ratos.

Mucha suerte.